domingo, 5 de julio de 2015

Es inevitable no enamorarme.

¿Y quién diría? Enamorarse de alguien por sus textos, pensamientos e incluso por el alma que dá a conocer en sus versos.
Enamorarse de sus letras que contienen algún destino que ni siquiera te incluyen en ellos.
Enamorarse de un par de líneas y drogarte con sus textos largos y extensos; preferir hipnotizarte con su belleza y no hablo del que refleja, hablo de aquella belleza que cautiva con sus pensamientos al plasmarlos en una hoja, convirtiéndolos en un poemario libre y bello.
Decir que lo que dice es bello, es poco para querer decir cuan belleza contiene lo que está diciendo.
Tu rostro no me cautiva por lo bonito que ha de ser pero, tu alma, tu alma es la que enamora resplandeciendo con textos que delatan lo maravillosa que has de ser, la belleza interna que has de ejercer.

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