jueves, 15 de diciembre de 2016

Querida Ro:
Me he propuesto como meta contar los días en los que no te escribo para saber cuánto he mejorado desde aquél día. 
Pero sucede que, el no hacerlo me consume y un día es peor que otro; las ansiedades perturban mis soledades y los recuerdos me sugieren haberte roto los labios para ese entonces, quizás, debí mostrarte mi verdadera bestia.
Creí que quedaba tiempo y ese es siempre mi problema, el tiempo se acaba en un abrir y cerrar de ojos.
Y juro que he tratado de soltarte, ¡lo juro! Pero, mientras más suelto, más cuerdas tienen mis manos para nunca soltarte.
Y escucho, escucho a mi corazón que sólo pide sostenerte, aunque los cielos se desgarren, aunque la tierra se despedace, estaré en mi más cruel ausencia queriendo sostener hasta tus vientos más infernales.
Espero, nunca sea demasiado tarde, porque las tardes son un hermoso rocío y tú el personaje.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Me he envuelto en un millar de excusas, me formulo contratiempos que, quizás, no existen. Ahora vivo en una cruel mentira, ahora rezo para que vuelva de nuevo en mí la mal llamada Realidad. ¡Que vergüenza!
Perdóname pero, entraré en tu vida las veces que sean necesarias hasta que el todo sea nada, si, hasta que seas nada...

martes, 6 de diciembre de 2016

Hace días que me dejo consumir por lo que siento, me he quedado en tinieblas, no importa cuantos amaneceres escriba el tiempo, mi alma sigue de luto, mi corazón bombea amargas ausencias.
Mis alas han quedado rotas y aunque pueda volar soy esclava de ésta condena, los  suburbios generan respuestas y yo, en mi cruel abandono, sigo omitiendo la realidad del hecho de que ya no me quieras.
He escuchado tantas cosas, y entre ellas, que las flores florecen con un color emotivo, vivo, y yo, soy una flor recién muerta, se ha impregnado en mí el color negro y con ello, los trozos de un corazón muerto.