sábado, 29 de abril de 2017

Más que recorrer caminos, recorría cielos de esperanza, de optimismo... El trecho hacia el infinito se hacía pequeño, y yo era grande cuando huías conmigo a esos desaciertos llenos de equilibrismos.

jueves, 27 de abril de 2017

Y en el notorio silencio sentía miedo de escribir, de saber cuánto seguía queriendo a mi musa, aunque mi musa no me siguiese queriendo a mi.
No podía sujetar aquél trazo de madera llamado lápiz, porque el grafito se hacía débil e impotente así tuviese toda la punta necesaria para sumergirme de lleno en el papel... o en ti.
Sentía miedo, no lo niego, hasta opté por calificar a mis antiguos amores como un camino preciso entre las letras sin sabores, pero tú, amor mío, seguías tan latente como si fuese aquél noviembre en el que te habías desprendido del caminante sin destino, el ser en delirio, el del cielo gris.
Y dudé, juro que dudé mucho en escribir, pero debo escribir para sanarme, es inevitable, ya no importa que aún sigas allí. Y si me ves por ahí, ¡sujétame! Necesito mucho que escribir.

miércoles, 26 de abril de 2017

Tal vez adentro funcionen las cosas pero, mientras tanto, me quedaré afuera por si necesitas un abrigo y un acompañante que te quiera.
Yace un mundo en tinieblas aunque el sol salga, las flores sonrían o la vida perdure a través del nacimiento de una sociedad ya desgastada.
Yace un mundo paralelo, tan distinto y a la vez distante; un mundo que recorro aunque a mis sentimientos los aten. Porque eres tú ese mundo alterno al cual regreso con tanta ansiedad y todos los colores reales y combinatorios que dan muestra de su existencialismo feligrés; y allí comprendí que aunque mi oxígeno sea devengado, ultrajado, por la sociedad, no existe un solo planeta tierra.

martes, 4 de abril de 2017

Existen domingos diferentes y el resto de los días continuos, rutinarios, asesinos... Pero, siento que amo los martes o los días en que escribes conmigo.
Amo los días en los que me pierdo sin dejar de ser yo, donde me encuentro.
Amo los días en los que no existo existiendo contigo.
Pero hoy, siento un gran vacío, no estás tú, y el infierno se ha vuelto mi infinito.
Sé que entre tantas cosas que han cambiado querías que te respondiese cuáles han sido alguna de ellas, y parece que, ya no te espero como lo hacía en las madrugadas, en el día, ya no me duele tanto tu ausencia como hace un par de semanas antes de llegar a éste estado de abandonarte. Sé que existe la posibilidad de contradecirme, pero mientras me olvides parece que, estaremos con el desinterés entremetido entre nuestros encuentros, entre nuestro yo, nuestro tú... y lo que no llegará a ser un "nuestro".