No te acerques...

No te acerques a mi, soy tristeza y odio, soy bestia y demonio, soy una mentira que trata de entrar en tu vida.
Aléjate por completo y así no habrá un derroche de almas vivas, así no habrá un lago de sangre que contenga almas heridas.
Aumenta la distancia cada minuto que vivas, no querrás pegarte a un cuerpo sin alma que solo respira.
No te acerques, ¡aléjate! No hagas de ésta distancia algo tan corto, mi veneno te salpicaría y morirías por éste amor que me quema en carne viva.

No entiendo.

Amo sin entender lo que siento, el hecho de seguir yendo al mismo lugar donde solo encuentro un no puedo, un no quiero, un olvido.
Pero, el sentir no necesita entendimiento porque aunque no entiendo igual seguiré sintiendo.
Yo, no soy la horma de tu zapato ni el alba de todos tus días.
No soy el que tu quieres que te de los buenos días cada semana.
No soy el amor de tus mañanas ni el sueño de todas tus noches, sólo soy una conocida que aspira ser más que tu amiga.
Lo entiendo, entiendo que yo sienta lo que por mí no sientes.
Entiendo que llegué tarde y aunque la elección te sigue señalando a ti, no eres...
Pero es así, no entiendo y aún así sigo sintiendo amor por quien no se debe.

Conocí al amor de mi vida aunque no lo conozco...

Conocí al amor de mi vida aunque no lo conozco, anda divagando por allí donde no lo encuentro.
Me dijeron que lo vieron por las rutas que transito y que tiene un aspecto poco peculiar al que yo no me imagino.
Sé que se llama Patricia o es Isabel (nombres prestados), no lo recuerdo, en realidad ni siquiera sé su aspecto; se esconde, me reta a ver si yo lo persigo, pero, soy una cobarde y le dejo libre para que sea feliz aunque no sea conmigo.

Madre

Me da miedo tu vejez y los peligros que enfrentes. El tiempo pasa muy deprisa y mi miedo va creciendo mientras él transcurre. 
Tengo demasiado miedo de perderte que lloro con la idea de pensar en ello.
Tengo miedo de irme después y no de primero, lo siento, no soportaría el hecho de tenerte aún más lejos, ¡me muero!
Comencé a morir desde mucho antes y no sentí nada, porque me siento preparada; pero no, no es mi caso con respecto a ti y es así, comencé a sentir ese miedo desde que te comencé a amar de verdad, no es puro cuento, mis líneas contienen la verdad que contienen mis palabras, una verdad que he cultivado toda mi vida o por lo menos parte de ella.
TE Amo y no son solo palabras vacías, ¡lo sabes! Te he amado desde siempre y yo casi que no me entero... pero luego, he tratado la manera de demostrarlo a plenitud aunque a veces no siento que lo esté haciendo del modo correcto.
Mujer, he de quererte siempre, no te amo por ser sólo esa mujer que me ha tenido siempre.
Te Amo por su valentía y espíritu.
Te Amo por su coraje y fuerza.
Te Amo por su bondad y pureza.
Te amo por su alma... Por todo ello te amo, no es necesario que seas la mujer que siempre me ha acompañado.
Mujer, cuanto te amo.
Doritza Berroterán

Es una mentira...

Es una mentira y tú, eres una conspiradora que cada vez que me doy la vuelta me clava una estaca de amor en el pecho.
No odio a Cupido, solo odio sus perspectivas que tiene con respecto a mi y el amor que cree saber que siento.
No te odio a ti, porque eres pureza y eso es lo que me mantiene pegada a tu existencia, no quiero pensar en el día que nos llegue el olvido y cada quién tenga que tomar otro camino.
Me odio a mí por sentir sentimientos que no están permitidos en el mundo de los que creen sentir lo que están sintiendo.
Y es así como un amor se construye entre tres, mueren dos y sólo queda uno, el que está más enamorado.

...

Me la paso por allí mirando hacia los alrededores, tratando de comprender los acontecimientos que nos implican y los momentos que no nos dispersan de los errores. 
Cada año pasa y sigo conservando el mismo rostro, ¿qué más rutinario que eso? Solo aparecen arrugas o canas para indicar el inevitable envejecimiento.
Me miro en el espejo y todo parece estar en orden pero, se me olvida algo cada vez que salgo con mis pensamientos en desorden y aunque trato de reordenarlos se impregnan a mis temores.
Trato de acumular odio en mis ojos y endurecer uno que otro sentimiento pero no puedo, soy un flamante masoquista que prefiere regalar una lluvia de colores antes que regalar un mundo insensato y de desamores.
Demos miedo a nuestros agresores, matemos ese miedo que nos separa del mundo que queremos y excluyamos todo ser que se ha de llamar humano pero que es peor que una bestia. Seamos bestias en valentía, ímpetu y fortaleza, demosle la batalla al miedo y enterremos de una vez a los demonios que se impregnan en la tierra, guarden silencio, quiero que despierte la bestia pero no el demonio que llevo dentro puesto que, no quiero ser uno de ellos.

La extraño.

Extraño observar su rostro, su sonrisa y sus ojos pequeños cuando me miran.
Extraño sus labios, su ternura y su malicia.
Extraño sus palabras cortantes con la que responde pero más aún su caminar y su perfume con olor a nada.
Extraño su ser, su presencia y sus palabras; la extraño a ella y lo digo sin tener miedo a nada.
Si tan solo supiese que la añoro en la distancia, donde cada paisaje parece una curva de su cintura, donde el pasto fresco y largo se parece a sus cabellos y donde la tierra parece su escondite donde yo no la he podido encontrar de nuevo.
No lo niego, después de olvidarle ahora le extraño y me enferma ésta ansiedad que corre dentro de mis manos, mis venas e inclusive mi cuerpo, me condena éste sentir que es dulce y a la vez amargo.

Soy un demonio que aspira a ser bueno...

Soy un demonio vestido de ángel; un ángel que se viste de blanco aunque por dentro esté vestido de negro.
Tantas personas caminan como si el mundo fuera un camino por el que se deba caminar y yo, ya no camino de tal manera, solo soy un demonio que ya no le gusta andar, un demonio que prefiere quedarse en casa.
Debería llevar almas al infierno en vez de ayudarlos para que no lleguen a ese extremo pero, soy humano después de todo, la insensatez hablará por mi en las acciones que me han llevado a ser un demonio sin malicia y sin odio.
Se ha detenido el tiempo; antes cargaba el tiempo y ahora el tiempo pasa por encima de mí sin notarlo, ese es el problema de no llevar un reloj en la mano...
Se me acaba el tiempo mientras intento especializarme en algo, mientras hago cada trazo con el grafito, donde mi salvación es un lápiz y un cuaderno; si, soy un demonio que se esconde entre las letras, un ángel que emerge de sus acciones y se encierra en las tinieblas.
Soy un demonio harto de ver ángeles actuando como demonios.
Soy un demonio que desea ser algo nuevo.
Soy un demonio que quiere salvar al mundo aunque el mundo ya esté perdido.
Soy un demonio que aspira a ser bueno.

La ausencia...

La ausencia en mi vida te guardará un espacio en el tiempo mientras mi carne resiste "Cien años de soledad" y un diluvio infernal que consumirá hasta mis huesos.

Frustración y coraje, salgan de mi sentir en éstos precisos instantes.

Pregúntale al corazón si a muerto de angustia por un amor secreto o dile un secreto al viento y así descifrar las tormentas que causas en mi pecho.

Nuestro último encuentro será para entregarnos lo que nos debemos, para las existencias que negamos y para los amores que no tenemos. Serán besos o caricias, amor o desprecio, quizás un par de sonrisas que nos saquen de éste invierno. Sólo será un instante pero jamás un hasta luego o por lo menos eso es lo que yo creo.

La única monotonía que aceptaría sería el hecho de ver tu rostro todos los días pero, unos días peinada y otros días todo lo contrario, porque eres eso, la belleza imperfecta que más amo.

La luna alumbró mi sendero cuando un corazón me llenaba de espinas.

Micro relato.

Él, la observaba con tanta dulzura por su belleza; ella, parecía el tallo de una rosa que sin querer lo había pinchado y él, sin querer había muerto de amor por ella sin importar el daño que le causaban sus tallos.

Necesito un amor que me rompa en mil y un pedazos, que el número que esté trillado sea impar y así olvidar los rompecabezas que lo compongan.
Necesito sentir más que amor, necesito sentir dolor, un dolor que me haga sentir más humano y no olvidar la sensación que enloquece el alma y vuelve loco el corazón.
Necesito un par de labios que me hagan suspirar y que me hagan reventar de deseo, que me haga sentir satisfecha al amar y después que se vaya, que valga la pena recordarla.
Necesito una persona que me haga perder los estribos y que me haga poner encelo como una yegua cuando cela a sus críos.
Más que amor, necesito un dolor que me haga sentir lo que ya no estoy sintiendo.

Es inevitable no enamorarme.

¿Y quién diría? Enamorarse de alguien por sus textos, pensamientos e incluso por el alma que dá a conocer en sus versos.
Enamorarse de sus letras que contienen algún destino que ni siquiera te incluyen en ellos.
Enamorarse de un par de líneas y drogarte con sus textos largos y extensos; preferir hipnotizarte con su belleza y no hablo del que refleja, hablo de aquella belleza que cautiva con sus pensamientos al plasmarlos en una hoja, convirtiéndolos en un poemario libre y bello.
Decir que lo que dice es bello, es poco para querer decir cuan belleza contiene lo que está diciendo.
Tu rostro no me cautiva por lo bonito que ha de ser pero, tu alma, tu alma es la que enamora resplandeciendo con textos que delatan lo maravillosa que has de ser, la belleza interna que has de ejercer.

Tengo un abismo en el pecho que sustituye la posición del corazón, una rosa me ha pinchado y me ha dejado un dolor que hoy en día no supero.
Se encona en cada rinconcito de mi cuerpo, allá donde ha alcanzado a mi alma, es mi distracción de momento.
Me sofoca mi manera de pensar, me dá miedo abrir los ojos y aunque mi alma no es la más pura, siempre, entrega sus sentimientos por completo; que putos sentires que me destruyen desde adentro, que desgracia; aunque seas una hermosa rosa, tus espinas son tus defectos.

No me dejes tanto tiempo esperando...

Amo tomar esas tazas de café contigo y ahora te extraño a ti, extraño esas mañanas, tardes, noches en las que compartíamos ese café que se convertían en dos o tres tazas.
Ahora te pierdes casi toda la semana, me dejas compartiendo con una extraña que a veces me hace provocarla.
No me olvides tan pronto, recuerda que soy tu libro y que mejor no abrirlo con una tasa de café en las manos, no me dejes tanto tiempo esperando.

Café de las mil maravillas.

Existen cafés de varios tipos, para todos nuestros humores.

El de la mañana que te relaja y te pone a pensar, tal vez la mayoría en los problemas, pero, el resto es una delicia.

     Sin dudarlo, puedo compararlo con una mujer, por su deleite, su dulzura complementaria, su aroma, su textura, su estructura que embriaga y puede enloquecer.

     Puede ser amargo o dulce, total, su aroma no cambiará y seguirá siendo aquél que enamora con las mil maravillas que lo complementan.

     Muchas personas lo prefieren a toda hora, yo, lo prefiero por las mañanas, es como el amor que me regala el desayuno, es una caricia que pasa por mi tráquea.

     ¿Y tú, a qué hora lo prefieres?

     Es despreciado por aquellos que lo toman por tomar y un placer para aquellos que hasta los regalan con una sonrisa y, aunque el costo es algo elevado, es bueno tomar café.

      Es el confidente de mis tristezas y la imaginación de ver a mi madre tomar en mi compañía.

     Es como una sonrisa entre tantos pensamientos, es mi guía entre las líneas, mi droga, mi delirio, ahora que recuerdo es uno de mis vicios, el vicio de todas las mañanas.

Fumemos.

¡Fumemos! Dejemos que el humo corra por nuestra traquea y así estabilizarnos con ésto que nos contagia.
No importa la hora en que lo hagamos, solo fumemos hasta hacernos pedazos los pulmones, así quien quita y nos drogamos sin menesté de usar drogas que nos terminarían liquidando aún más rápido.
¡Fumemos! Para morir lento y despacio, para relajarnos y olvidar todo lo que nos hace daño.
¡Fumemos! Quisiese que compartieras ese vicio conmigo ya que soy una inexperta en ésto de fumarnos, si, ¡fumarnos!
Fumemonos nuestras existencias para amarnos, consolarnos y en un cierto tiempo despegarnos porque nos haría daño, nos terminaría matando.
Aunque, no le temo a la muerte si te llevo de la mano.

Gabriela Morales

Somos dos polos opuestos, donde me he vuelto un tempano de hielo que a veces se derrite por su sonrisa.
Si ella es flor, yo, soy espina; si ella es tierra, yo, soy cielo; somos dos tiempos equívocos que se complementan el uno hacia el otro.
¿Por qué tú y no otra?
Porque:
Me gusta como sonríes.
Me gusta como recapacitas.
Me gusta tus virtudes y defectos e incluso el hecho de reconocerlos.
Me gusta tu madurez, tu estupidez y la corrección de tus errores.
Me gusta la manera como me fastidias e incluso pienso que me publicas cuando sientes que te dejo en el olvido.
Niña eres desde adentro aunque digas lo contrario, si viene un ser humano y piensa que me enamoré de ti, quizás no o tal vez si, solo lo sabe el cuaderno al que le cuento mis amoríos.
Si supieras que me suelto y luego me amarro, olvido y luego recuerdo, así es mi círculo contigo, tal vez aún no ha terminado.
Transcurro por tu vida de manera anónima, tal vez sea monotonía o de verdad te sigo apreciando, lo más seguro es lo secundario ya que sigo esperando que el tiempo nos olvide y así ya no buscarnos.
Desconocida de años que el tiempo no me ha presentado, ya son años y nos convertimos en dos total extraños.
Quisiese no olvidarme de ti y de aquel día en el que tú llegaste a mi vida. ¡Ay, Desconocida! Que tu vida esté llena de mucha dicha.
Nohely Morales Requis, yo... quererte siempre.