sábado, 18 de julio de 2015

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Me la paso por allí mirando hacia los alrededores, tratando de comprender los acontecimientos que nos implican y los momentos que no nos dispersan de los errores. 
Cada año pasa y sigo conservando el mismo rostro, ¿qué más rutinario que eso? Solo aparecen arrugas o canas para indicar el inevitable envejecimiento.
Me miro en el espejo y todo parece estar en orden pero, se me olvida algo cada vez que salgo con mis pensamientos en desorden y aunque trato de reordenarlos se impregnan a mis temores.
Trato de acumular odio en mis ojos y endurecer uno que otro sentimiento pero no puedo, soy un flamante masoquista que prefiere regalar una lluvia de colores antes que regalar un mundo insensato y de desamores.
Demos miedo a nuestros agresores, matemos ese miedo que nos separa del mundo que queremos y excluyamos todo ser que se ha de llamar humano pero que es peor que una bestia. Seamos bestias en valentía, ímpetu y fortaleza, demosle la batalla al miedo y enterremos de una vez a los demonios que se impregnan en la tierra, guarden silencio, quiero que despierte la bestia pero no el demonio que llevo dentro puesto que, no quiero ser uno de ellos.

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