jueves, 15 de diciembre de 2016

Querida Ro:
Me he propuesto como meta contar los días en los que no te escribo para saber cuánto he mejorado desde aquél día. 
Pero sucede que, el no hacerlo me consume y un día es peor que otro; las ansiedades perturban mis soledades y los recuerdos me sugieren haberte roto los labios para ese entonces, quizás, debí mostrarte mi verdadera bestia.
Creí que quedaba tiempo y ese es siempre mi problema, el tiempo se acaba en un abrir y cerrar de ojos.
Y juro que he tratado de soltarte, ¡lo juro! Pero, mientras más suelto, más cuerdas tienen mis manos para nunca soltarte.
Y escucho, escucho a mi corazón que sólo pide sostenerte, aunque los cielos se desgarren, aunque la tierra se despedace, estaré en mi más cruel ausencia queriendo sostener hasta tus vientos más infernales.
Espero, nunca sea demasiado tarde, porque las tardes son un hermoso rocío y tú el personaje.

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