viernes, 4 de noviembre de 2016

Lo que resta de las noches es aclamar a las tinieblas para que el susurro de la soledad no apacigüe el amor que he de sentir por la presencia de ella.
Una nefasta oscuridad nos atraviesa y yo, en éste rincón y la lluvia, me pregunto por qué me duele tanto su maldita ausencia.

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