Ahora los cielos se apagan, las estrellas desaparecen y la luna desesperada ya no me deja ni verte.
La noche sigue gritando, ya el corazón no es latente, y cada susurro del viento me hace creer en la utopía de un verano en el cual apareces.
Aunque se siente el invierno, y tengo miedo... miedo de acostumbrarme a este clima en el cual se sumergen mis deseos.
Tengo miedo de que la desolación perdure más allá de lo que puede durar un recuerdo.
La noche sigue gritando, ya el corazón no es latente, y cada susurro del viento me hace creer en la utopía de un verano en el cual apareces.
Aunque se siente el invierno, y tengo miedo... miedo de acostumbrarme a este clima en el cual se sumergen mis deseos.
Tengo miedo de que la desolación perdure más allá de lo que puede durar un recuerdo.
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