martes, 26 de abril de 2016

He logrado sobrevivir otro día más a su ausencia y a éste encierro que me parte por completo.
He logrado cesar la sangre que se desprende de mi cuerpo, se ha detenido el mar que corría por mi rostro sin siquiera notarlo.
El dolor a disminuido pero la espina sigue allá adentro y aunque la Rosa camine por otros senderos, dentro de mí, existe algo que espera por su regreso.
Aunque muchas decepciones se abran y recuerdos se cierren, por más desacuerdos que existan entre el corazón y el cerebro, ¡te lo juro! No es masoquismo. ¡Te lo juro! Yo aún le quiero.

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