domingo, 18 de enero de 2015

- Escribir sin inspiración es como morir de miedo, mas sin embargo, aquí me encuentro con papel y lápiz tratando de incorporarte en un verso que me quite el sueño y me lleve a la madrugada de mi desvelo.
Aunque vueles como un ave, como un lucero tan lejos estás, los pedazos destruidos no se pueden reincorporar, deshechos se encuentran. Oportunos deslices que no llegan a su momento, encuentros deparados por el destino o mejor dicho: un juego del tiempo que me abandonó, me lanzó contra el piso y me cantó "Game Over" comenzando mi tiempo contigo.
Es cierto, no te quiero...
Aún, suspiro por ti pero, no es nada.
Me causas ansiedad pero, solo es un invento mío.
Te deseo a morir pero, solo por momentos.
En momentos egoístas, te quiero sólo para mi.
Es por eso que no te quiero, es mucho mas que eso, aunque solo es un existir que va muriendo en las noches eternas. Eternas noches arropadas por la soledad y el olvido, tu olvido.

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